Recientes investigaciones indican que los niños de hoy en día no gatean lo suficiente, ni se arrastran.

Una posible razón puede ser que no se les da la oportunidad de moverse libremente por el suelo. La «fase suelo» es realmente importante para los bebés pero lo cierto es que cada vez nos cautivan más con productos para el bebé que lo dificultan: hamaquitas, carritos, tacatás, parques, etc.

El gateo no sólo sirve para que el bebé se desplace de forma autónoma. Mediante el gateo los bebés integran muchos de los reflejos del nacimiento y además es importante para desarrollar la vista, el tacto, el habla, el equilibrio, la lateralidad, y la coordinación entre otros muchos aspectos.

El gateo es un movimiento armónico, simétrico y coordinado que realiza el bebé como resultado de una evolución en el control del cuerpo. Los bebés comienzan a gatear sobre los ocho o nueve meses, algunos lo hacen después de cumplir el año, otros a los seis meses. Es importante observar la fase de pre-gateo, donde los bebés se voltean para permanecer boca abajo por decisión propia, levantan pies y manos en postura de paracaidista y comienzan a utilizar la fuerza en brazos y piernas para sostenerse por sí mismos. Hay niños que empiezan a andar sin haber gateado nunca. (este hecho puede conllevar en ocasiones futuros problemas de «hiperactividad», posturales, del lenguaje y otro tipo de trastornos).

Para el bebé es una etapa muy importante en su desarrollo evolutivo porque le ayuda a fortalecer y desarrollar los músculos de sus brazos, piernas, espalda y cuello. Gateando desarrollan su autonomía, el bebé comienza a decidir por dónde quiere ir, este hecho es muy importante para que el pequeño vaya tomando sus propias decisiones. 

Los beneficios a destacar del gateo son:

  • El gateo es una de las bases del desarrollo cerebral del niño. Gracias al gateo se van creando las rutas de información neurológica entre los dos hemisferios. 
  • Conecta los hemisferios cerebrales y conexiones neuronales que serán muy importantes para la maduración de funciones cognitivas.
  • Desarrolla el patrón cruzado, es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal organizado y en equilibrio del cuerpo humano. Esto implica que el brazo derecho va sincronizado con el pie izquierdo y el brazo izquierdo con el pie derecho.
  •  Desarrolla el sistema vestibular que activa la emisión de señales de los dos laberintos del oído al cerebelo para que el cerebro sepa constantemente en qué posición está la cabeza  y poder adaptar la posición del cuerpo. 
  • Influye en evitar problemas visuales en el futuro, gracias a que desarrolla la convergencia visual. El bebé enfoca ambos ojos en un punto a la distancia hacia dónde se dirige.
  • Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir.
  • Desarrolla la propiocepción y fomenta la autoestima.
  • Aprenden a apoyar las manos ante una caída cuando empiezan a ponerse de pie, esto evitará grandes golpes.
  • El gateo integra varios reflejos, entre ellos el tónico simétrico del cuello, un reflejo clave para la posterior exigencia lecto escritora y motricidad fina y gruesa.

Es muy importante poder darle la oportunidad a los bebés de gatear libremente, para ello los padres deben ofrecer un espacio en el que el niño pueda desplazarse libremente con facilidad y seguridad.

También es fundamental no obligarlo a ponerse de pie antes de que esté preparado. El niño ya lo hará por sí mismo cuando su cuerpo y psicología estén listos para ello. En ocasiones se les puede ayudar ofreciendo objetos interesantes para él para nimarle a desplazarse, si pueden ser juguetes que no hiper estimulen mejor (juguetes de madera, por ejemplo).

Para aquellos niños que no lo hicieron, se recomienda que lo hagan después incluso ya de mayores para tratar de «recuperar». Si lo hacen además cantando una canción será aún más beneficioso al integrar ambos hemisferios 😉

Para más información se puede consultar la bibliografía de Emmi Pikler. Para saber más sobre la importancia de la integración de reflejos incluso para niños con déficit de atención, hiperactividad, autismo, dislexia… os recomendamos una lectura:  “TERAPIA DEL MOVIMIENTO RÍTMICO. Movimientos que curan”, escrito por el Dr. Harald Blomberg.

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