La postura con la que la mayoría de madres dan a luz es tumbadas boca arriba (posición de litotomía), y no es la más adecuada debido a que no facilita el trabajo del parto.

Entonces, ¿por qué se utiliza esta postura? En principio para facilitar una buena visión y capacidad de maniobra por parte de los profesionales que asisten en el nacimiento y evitar posibles complicaciones. Sin embargo, se ha demostrado que esta posición no ayuda ni a la madre ni al bebé debido a que el éste tiene que salir en contra de la fuerza de la gravedad. Además, dificulta la circulación de la madre, produciendo una disminución de la tensión arterial que provocar mareos y nauseas.  Si a esto se le suma el uso de la epidural, el trabajo del parto puede ser más complejo.

En los últimos años se está tomando una mayor consciencia de las necesidades reales de la madre y del bebé, que resultan ser los principales protagonistas de este momento mágico que es el alumbramiento. Cada vez son más las mujeres que se informan y apuestan por un parto respetado, reclamando entre otras, posturas más respetuosas que permiten más libertad de movimientos.

No hay una postura que sirva para todas las mujeres, cada una de ellas debe adoptar aquella con la que se sienta más cómoda y segura. Por lo general, los expertos recomiendan estar de pie, a cuatro patas o en cuclillas para que la gravedad juegue su papel. Además, cualquiera de estas posturas permiten que los huesos de la pelvis se abran con más facilidad y el canal del parto es más corto.

La postura no es el único elemento determinante para tener un buen parto, hay otros muchos componentes que pueden hacer que ésta sea una experiencia inolvidable. La tranquilidad de una sala con pocos estímulos y la privacidad son vitales para que la mujer se sienta cómoda, confiada y segura de sí misma, algo muy importante cuando se enfrenta al momento del parto favoreciendo la liberación de hormonas favorables.

El uso de la epidural limita la postura

La epidural es un recurso muy valorado, tanto por parte de las mujeres como por los profesionales ya que alivia considerablemente el dolor. Sin embargo, el uso de este anestésico impide a la mujer adoptar la postura deseada, limita el movimiento de ésta y puede alargar la duración del parto. Otra opción para aquellas que deseen la epidural es aquella que te permite caminar debido a que tiene una dosis menor de anestesia: la walking epidural.

Consejos para un parto más cómodo

Además de la epidural, existen otros remedios naturales para aliviar los dolores del parto y reducir la tensión muscular como, por ejemplo, las técnicas de relajación, los masajes, la hidroterapia (en bañera o ducha), la aplicación de frío o calor, la respiración rítmica, la música o dar paseos.

Cada mujer se conoce a sí misma como nadie, por tanto, es importante escucharse y respetar los propios ritmos y las necesidades del cuerpo ya que tener un buen parto, empodera a la mujer.

*Foto de Cynthia_Groth de www.pixabay.com