La ciencia no ha podido demostrar la existencia del alma, aún así, los creyentes se acogen a que tampoco ha podido probar que ésta no exista.

En cuanto al alma de los bebés se dice que es la encargada de elegir a sus padres y la familia donde va a nacer incluso meses antes de la concepción.

Cuando se cree en el concepto de la continuidad del alma, el bebé en el vientre es un alma madura teniendo pensamientos complejos y sentimientos profundos, sólo el cuerpo no está desarrollado. Es una casa nueva que el alma entra y se integran durante el periodo de la concepción hasta el nacimiento.

El alma sería la encargada de almacenar los recuerdos de vidas pasadas que al pasar al nuevo cuerpo del bebé en el útero quedaría en blanco y lista para su nueva experiencia. Las personas que creen en la reencarnación afirman que «la luz al final del túnel que ve la gente en una experiencia cercana a la muerte es la salida del útero de ese nuevo bebé que va a nacer«. Sin duda es una frase que da mucho que pensar.

No hay una ciencia exacta detrás de todo esto, puesto que la ciencia estudia lo empíricamente demostrable. Creyentes o no, a muchas mamás se les ha pasado por la cabeza si ese bebé estaba destinado a nacer en esa familia. Otras incluso afirman que el alma de su bebé les acompañaba durante el embarazo. Con esta creencia, se descarta el uso de la famosa frase que muchas personas usan en la adolescencia para dañar a sus padres: «Yo no te pedí que me trajeras a este mundo» o «Yo no os elegí como padres».

La vida es un aprendizaje, hay en ocasiones que ocurren desgracias o niños que nacen en lugares sin recursos o en entornos poco favorables e incluso desgraciables, pero hay corrientes teológicas que indican que todo ocurre para lograr un aprendizaje necesario para que ese alma puede evolucionar y ayudar los que están a su alrededor a ello también.

Lo que está claro es que en general son los padres los que deciden traer a sus hijos a este mundo, proveerles de una crianza y educación respetuosa y amarles incondicionalmente durante toda su vida. Si, por otro lado, fuera cierto que los hijos también eligen a sus padres, no hay nada más bonito como el amor correspondido.

¿Qué opináis de todo esto?