Las bajas de maternidad y paternidad en España aun están muy lejos de ser «decentes» para atender en condiciones a los hijos.

Además, en nuestro país las vacaciones escolares en verano duran más de dos meses, de ahí que las familias cuyos padres trabajan fuera de casa tengan que hacer un auténtico encaje de bolillos para que los pequeños estén bien atendidos durante el largo período vacacional.

La mayoría de escuelas infantiles y algunas madres de día ofrecen servicio hasta mediados o finales de julio, lo que resulta muy conveniente para los padres y da un respiro a los incondicionales abuelos, que son siempre la mejor opción por su devoción y cariño hacia los nietos. Los campamentos son un buen remedio contra el aburrimiento ya que ofrecen diversión y aventuras lejos de las aulas a los niños más mayores. Hay padres que optan por coger las vacaciones por separado para poder atender a sus pequeños mientras su pareja trabaja.

Vuelta al cole

Una vez llega la rutina y la vuelta al cole esta realidad no desaparece por completo. Conciliar la vida familiar-laboral es un arduo trabajo en sociedades como la nuestra donde las jornadas laborales suelen ser interminables.

¿Qué opciones hay? Los abuelos u otros familiares cercanos suelen ser siempre la mejor opción para aquellas familias en las que los dos padres trabajan fuera de casa y tienen niños que todavía no están en edad escolar, que en España no es obligatoria la escolarización hasta los 6 años. Las razones son de peso y de sobra conocidas: su incondicional amor, su experiencia con niños, su incontestable paciencia. Además, ni que decir tiene el cariño que tienen los más pequeños por sus abuelos.

Otra opción es contratar los servicios de un ayudante en casa (ya sea interno o por horas) que ofrece exclusividad y profesionalidad en los cuidados que requieren los niños. No suele ser la opción más económica pero brinda tranquilidad a los padres por que los pequeños son atendidos en su propio hogar, un lugar en el que los pequeños se sienten seguros y confiados y se pueden beneficiar de una atención en exclusiva.

La madre de día es una buena alternativa a tener en cuenta para los niños menores de tres años. Estas son educadoras con formación específica que ofrece su hogar para el acompañamiento de los más pequeños, con un horario muy similar al de la escuela infantil. El ratio de niños suele ser bajo (3-4 niños) por lo que la atención suele ser muy personalizada.

La opción de la escuela infantil suele ser de las más populares. Entre las ventajas está la profesionalidad de los maestros (personal cualificado), el proyecto educativo donde se trabajan unos objetivos y contenidos concretos, la regularización y el precio (que suele ser más económico que las madres de día o cuidadores). Además, ofrecen unos amplios horarios que suelen cubrir las necesidades de las familias cuyos padres trabajan fuera de casa a tiempo completo.

Las desventajas son la cantidad de niños por tutor (que puede tener apoyos o no) de forma intermitente o continuada:

– De 0-1 año: Hasta 8 bebés por clase

-De 1-2 años: hasta 14 niños por tutor.

-De 2-3 años: hasta 20 niños.

Los ratios son demasiado altos, por lo que la atención puede ser deficiente. Generalmente pocos bebés podrán ser mecidos en brazos para dormirles por ejemplo.

Mito: los niños socializan mejor si van a la escuela infantil. Los niños en edades tan tempranas necesitan afecto por delante de todo, cuanto más individualizada sea la atención, mejor. La socialización se da en el día a día: al comprar el pan, coger un autobús o ir al parque. En realidad el ser humano es un ser social y como tal la socialización existe en el entorno más cercano. No hace falta meter al niño en un aula con otros 20 niños cada día para «forzar la socialización». Es más enriquecedor vivir el día a día (salir a pasear, hacer la compra, coger medios de transporte, bajar al parque…). En la escuela a esas edades además viven en la etapa egocéntrica y son incapaces a nivel neurológico de ponerse en el lugar del otro.

Las instalaciones o lo bonita que sea la escuela ha de ser lo de menos. Lo importante es el perfil de educador que va a quedar a cargo del niño y la filosofía de la escuela, preferiblemente comprometidas con una crianza respetuosa, con pocos niños y con metodologías activas (waldorf, pikler, montessori…).

Dejar al niño para incorporarse al trabajo es un proceso muy duro, sobretodo si se trata de un bebé. Al final las madres suelen poseer un «sexto sentido» y deben dejar al niño con quien  sientan que es lo mejor. Esa será sin duda la mejor de las alternativas.

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