La práctica del masaje perineal durante el embarazo es útil para reducir el daño perineal en el parto, en el caso de desgarros espontáneos. Si se ha tenido un parto anterior con episotomía, el masaje perineal es muy recomendable. Esta técnica ayuda a preparar los tejidos alrededor de la vagina, estirando y reblandeciéndolos e incrementando su elasticidad. También prepara a la mujer a familiarizarse con la sensación de estiramiento de esta zona, aprender a cómo controlar los músculos que allí se encuentran y permitir estar más relajada en el momento del parto.

Antes de hacer el masaje:

  • Lavar bien las manos, las uñas deben estar recortadas y limpias.
  • Vaciar la vejiga. Para familiarizarse con el periné se puede utilizar un espejo.
  • Es recomendable realizar el masaje después de una ducha con agua templada, así la zona se encontrará más relajada.
  • Las posturas para hacer el masaje pueden ser: de cuclillas, semi sentada o apoyada en la pared.
  • Si realizas el masaje tú misma es más fácil utilizar el pulgar. Para la pareja será el índice y/o corazón, lubricando los dedos con un aceite (sin esencias).

Cómo hacer el masaje:

  • Introduce los dedos en la vagina unos 3-4 centímetros, presiona hacia abajo y hacia los lados de la vagina con un movimiento de balanceo firme pero delicado, estirando la zona hasta que se sienta una leve sensación de escozor o quemazón. Después desliza el dedo desde la vagina hacia afuera y viceversa, manteniendo una ligera presión durante dos minutos.
  • Coloca los dedos en la entrada de la vagina y realiza una presión hacia abajo durante dos minutos o hasta que moleste. Esto ayuda a imaginar la presión que ejercerá la cabeza del bebé.
  • Después coge esta zona entre el dedo pulgar y los opuestos, como una pinza, y realiza un movimiento de vaivén, de un lado a otro, para estirar el tejido de la entrada de la vagina y la piel del periné. Realiza este movimiento durante 2-3 minutos.
  • Para terminar, con los dedos en la misma posición, realiza estiramientos desde dentro hacia fuera abarcando la zona inferior y lateral de la vagina y piel del periné durante 2 minutos. Esto te ayudará a relajar la zona.

La frecuencia del masaje ha de ser de unas 3 veces por semana durante 10 minutos y se puede realizar a partir de la semana 34 de gestación. Si se padece de una infección urinaria o vaginal o tiene amenaza de parto prematuro, no se debe practicar.