La vida está llena de cosas y momentos difíciles. Sin ir más lejos, crecer es todo un reto. Entonces, ¿por qué no se prepara a los pequeños para las cosas difíciles y para superar momentos complicados?

Los expertos recomiendan una serie de estrategias para favorecer que los pequeños afronten estos momentos de la mejor manera posible. Observar cómo los pequeños lidian con cosas difíciles permite a los adultos enseñarles a reaccionar de la mejor manera posible, equipándoles de las herramientas necesarias para ello, promoviendo su tenacidad, disciplina, constancia y esfuerzo.

Para empezar es importante permitir su independencia, dándoles la confianza necesaria para que crean en sí mismos y así se atrevan a experimentar. Una parte de este proceso, no menos relevante, es dejarles caer. El propio hogar ofrece un entorno seguro, donde importa menos caerse, donde “duele” menos y el lugar donde se levantarán con más seguridad. Sin embargo, la vida sucede en lugares y ambientes que no son tan familiares y es preciso saber actuar de la misma manera. Por ello, una buena práctica es sacar a los pequeños fuera de su zona de confort y provocar intencionalmente situaciones y/o conversaciones “incómodas” para brindarles oportunidades de practicar situaciones difíciles, supervisándoles y guiándoles sin un exceso de intervencionismo. ¿Cómo? Dejándoles que tomen sus propias decisiones, con sus consecuencias, y permitiendo, en definitiva, que se equivoquen o que lo logren por sus propios medios. Nunca olvidemos que equivocarse es una parte fundamental del proceso de aprendizaje. Hablar con sinceridad –sin menospreciar sus sentimientos ni minimizar sus miedos– es primordial también en todo este proceso, así como otorgar herramientas para manejar y combatir el miedo.

Cómo ayudar a los niños a enfrentar momentos difíciles

Los cambios suelen ser un hándicap para los más pequeños de la casa, en nuestras manos está ayudarles a enfrentarlos de la mejor manera posible. Para empezar es importante dedicar tiempo a explorar cómo se enfrenta cada niño a los cambios, cómo les afectan, poder aplicar las estrategias necesarias y perfeccionar sus habilidades de resiliencia.

Algunos de los consejos que recomiendan los profesionales para afrontar los cambios inesperados que pueden alterar la rutina de los niños son, entre otros: hablar y validar sus sentimientos; comunicarles que no hay nada de malo en sentir lo que sienten y quitarles toda culpabilidad; ayudarles a descubrir otros elementos de estabilidad de sus vidas; destacar solo cosas positivas; y, por último, mostrarles los recursos que ellos mismos disponen para hacer frente a los cambios y desafíos para salir adelante.

El objetivo es final es que los hijos se conviertan en adultos capaces, responsables y felices.

*Foto de hairobi (www.pixabay.com)